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Blood Meridian

Blood Meridian
Tinta negra, roja y blanca sobre papel. (Original y copia disponibles en tienda)

Vale, sí, hice una banda sonora para ambientar uno de los libros más horripilantes y estremecedores de la literatura estadounidense, o al menos así te lo venden en internet.

Sí, se trata de este pequeño sencillo, o EP, basado en el mundo que Cormac McCarthy, escritor estadounidense, creó en los años ochenta, y que tituló

Blood Meridian; or, The Evening Redness in the West

Y sí, a mí me gustó el libro, y lo leí antes de que supiese lo que Cormac hizo con personas que no debía y que por decencia a lo que yo mismo creo no mencionaré.
Sin embargo, olvidando la persona que era, separando el arte del artista, o mejor dicho, de la persona, pues a veces es difícil creer que una persona que haga tales cosas es porque es artista, y quiero dejarlo por escrito aquí

Ser artista no te exime de ser una basura de persona, no te permite serlo. En todo caso nos exige ser mejores, queda de nosotros cumplir con el poder que decidimos blandir.

Sin embargo, yo dediqué mi tiempo a hacer esta banda sonora, la primera que hago en mi vida, y la primera sin duda que haré, porque en este momento ya estoy trabajando en otra; y debo decirlo,: disfruté cada segundo.
La obra de McCarthy, esta en específico, es una obra maravillosa, hermosa y floreciente, si solo nos fijamos en la forma de la prosa, que es de lo que vengo a hablar, pues de las partes sombrías se encargará de hablar la música que he compuesto.

Una luna lobulada se alzaba sobre las formas negras de las montañas y apaciguaba las estrellas orientales y junto al risco cercano yucas blancas florecientes que se mecían en el viento y los murciélagos nocturnos llegaban desde una parte profunda del mundo para detenerse sobre alas de curo como colibríes satánicos y oscuros para alimentarse de las flores. Más allá de aquel risco y sobre una cornisa de arenisca se sentaba el juez, pálido y desnudo. Alzaba su mano y los murciélagos se acercaban confundidos y luego la bajaba al sentarse como antes y ellos volvían a alimentarse. (Pág. 200)

¿Me entienden? Es una imagen preciosa que, si nos tomamos el tiempo de leer, nos pinta algo maravilloso, en un mundo que de otro modo no sería más que una masa de sangre y un esperpento, nos encontramos paisajes que simplemente me hicieron detener la lectura y respirar, imaginar cada cosa a mi alrededor, como si yo fuese la yuca, o incluso los murciélagos.

Pasaron treinta minutos hasta que alguien apareció en la calle. Hablaban en susurros. Mientras se acercaban a la cantina uno de los hombres salió de su interior, una aparición sangrienta; había sido escalpelado y la sangre corría hasta meterse en sus ojos mientras intentaba mantener cerrado el hoyo en su pecho desde donde salía una espuma rosa. Uno de los ciudadanos puso una mano en su hombro. ¿A dónde vas? Dijo él. A casa, dijo el hombre. (Pág. 179)

Y eso es lo que tiene este libro, un pasaje precioso para ser seguido por un pasaje que no nos deja olvidar lo sombrío del mundo real…
Casi como la vida misma, ¿no les parece…?
Por eso, y por la aventura que este libro fue, el cual devoré en unas dos o tres semanas, decidí dedicar mi tiempo a quizás una de las prosas más fantásticas que he encontrado en la literatura recientemente…

Él nunca duerme, dice. Él dice que nunca morirá. Hace reverencia a los violinistas y mueve sus piernas de lado a lado al ritmo de la música y alza su cabeza y ríe con profundidad y es el favorito, el juez. Toma posesión de uno de los violines y con una pirueta se pasa una, dos veces, bailando y tocando a la vez. Sus pies son ligeros y ágiles. Nunca duerme. Él dice que nunca morirá. Baila en la luz y en la sombra y es el favorito. Nunca duerme, el juez. Baila, baila. Dice que nunca morirá. (Pág. 333)

Sin más preámbulo les presento: Blood Meridian por El transparente, por mí, en otro nombre, en otro modo de ser, pero yo.

Disfrutad, si os atrevéis a ver la sombra que llevamos dentro y que a veces negamos, pero que sin duda yace en nosotros, y en eso se centra la victoria de ser humano, la victoria sobre el juez.

Que el silencio les acompañe.


Blood Meridian, by El transparente
3 track album

Blood Meridian (Original)
Pieza original de Blood Meridian. Tinta sobre papel
Blood Meridian (Impresión A5)
Litografía de la obra Blood Meridian.